LEGADO

El censo del miedo no ha aparecido registrado en ningún formulario. Y mucho menos en las calles… soñamos pese a todo. Autentico milagro que nada debe a etèreos autores alados en las alturas. Hijo parido con doloroso amor entre el humanísimo barro placentario de nuestra carne y sus fantasmas, entre sus sombras, si. Pero al calor de sus luces, también.

Otra negra jornada dentro de otra nueva semana trágica, como una maldita mamushka de Pandora.  Pero con el correr de las horas, 2 arcoìris rasgaron de vivida  acuarela las nubes de tormenta en el horizonte que ya no baja ni se pierde por el Sur todo. Y si parece otro milagro inesperado, llueve soleado.

Si. La parca presta ha respondido al llamado desesperado de los profetas de su credo. Y no ha dejado una sola casa sin visitar puntualmente. En la Quiaca, en Avellaneda, en Olivos y Calafate. Pero no es ella a fin de cuentas la autentica culpable. Sino sus silenciosos testaferros y sus por cierto nada calladitos voceros. Es el suyo un trabajo sucio, sobre todo si se labora en serio. Pero ya se sabe; algo o alguien siempre debe hacerlo. Gobierna implacable nuestro tiempo en este cósmico guijarro de agua y tierra. Pero no borra las huellas que dejamos, si se hunden los pies firmes en las eternas arenas de sus senderos.

 

Ahí  están las rosas rojas y blancas en la plaza. Alumbrando como estrellas las tinieblas, con brillo escarlata y fulgor alba de lucero. Ofrendas que se entregan, brotando indetenibles desde el alma y floreciendo irrefrenables de entre el cuerpo, cuando son auténticamente honestas, y viajan de ida y vuelta en especular vuelo.

 Los sicarios del Sindicato de Asesinos  de Sureños Sueños  no impondràn sus gordos puños de hierro. No podràn salpicar de negro odio con la sangre mas pura derramada, los corazones que aun laten fuerte,

y la hacen nuestra.

Mezclandòla sin miedo en nuestros propias venas  ahun  ardientes,

para que sean un único torrente. 

                        

                                                                      Savia y nutriente...

Savia y nutriente...

Y no lo harán si continuamos construyendo la Memoria y la Justicia contante y sonante para todas y cada unas de nuestras muertes, iluminando de verdad la vida colectiva. La misma muerte que fulmino en un segundo de locura planificada  perversamente, la vida de un joven hombre nuevo de hoy. Y la que abrazò con serpenteante y paciente bífida lengua estranguladora  a aquel imberbe de ayer, antes que pudiera volverse viejo y sabio referente. Ambos con tanto mas por dar todavía. Tanto mas por madurar sin pudrirse. 

Por ellos y por nosotros... Por los que están, aunque se han ido. Por los que están, aquí hoy, ahora; naciendo. Y por los que están, en las siguientes semillas a sembrar al porvenir. La inexorable deuda a ser honrada y ahun pendiente exige ponerle cuerpo, alma, y mente al compromiso. Paso a paso. Ladrillo a ladrillo. Apoyando con firmeza los aciertos, y empujando en las probables flaquezas aun mas fèrreos. Mientras sea nuestro pulso el que late en el brazo gobernate, ningún error podrá ser pintado del color del horror, ni por oriente o el poniente.

 

 La única batalla que se pierde es la que se abandona. La que no se da con alegría y tierna dureza.

             HAY LEGADO PARA RATO...

                                                      

     Y mucho mas por hacer con ello...

 

 Para no hacer de mi ícono pedazos,
para salvarme entre únicos e impares,
para cederme un lugar en su parnaso,
para darme un rinconcito en sus altares.
Me vienen a convidar a arrepentirme,

me vienen a convidar a que no pierda,                                          
mi vienen a convidar a indefinirme,
me vienen a convidar a tanta mierda.

 yo no se lo que es el destino,    

caminando fui lo que fui.
allá dios, que será divino.
yo me muero como viví,
yo me muero como viví.

yo quiero seguir jugando a lo perdido,
yo quiero ser a la zurda más que diestro,
yo quiero hacer un congreso del unido,
yo quiero rezar a fondo un "hijo nuestro".
Dirán que pasó de moda la locura,
dirán que la gente es mala y no merece,
más yo seguiré soñando travesuras
(acaso multiplicar panes y peces).
yo no se lo que es el destino,
caminando fui lo que fui.

allá dios, que será divino.

yo me muero como viví,

yo me muero como viví.

yo me muero como viví,

como viví

yo me muero como viví.

Dicen que me arrastrarán por sobre rocas

cuando la revolución se venga abajo,

que machacarán mis manos y mi boca,

que me arrancarán los ojos y el badajo.

será que la necedad parió conmigo,

la necedad de lo que hoy resulta necio:

la necedad de asumir al enemigo,

la necedad de vivir sin tener precio.

yo no se lo que es el destino,

caminando fui lo que fui.

allá dios, que será divino.

yo me muero como viví.