B Karaloka

Sr. B

Viene llegando. Desde el futuro... ése;

el de a la vuelta de la esquina.

PROXIMAMENTE

En todas partes...¡ELECTRIZANTE ESTRENO!

¡Guarda; Gurbos!

!?! "¡Garrón!"

STALINGRADO... o TIKRIT

"Fue en la Estepa. En la estepa rusa.(...) Con tanta nieve y tanta... muerte"

(HGO - Ernie Pike: "Enterradores")

En el año del "50/30" del Maestro. El mismo en que una noche; Buenos Aires se tiño de blanco. Casi como recordándolo. (Si no fuera por las multitudes que se agolparon en las calles de la urbe; Capital de la indiferencia, celebrándola... a falta de Copas mundiales. Como si estuvieran en Helsinki, en Estocolmo. En cualquier lugar, menos en éste. Porfiando en no ver a los hermanos bajo los cartones húmedos, las frazadas raídas y los chaperíos oxidados tan lejanos al Obelisco, y ni tanto. Muertos de frío.... Literalmente.). La muerte y la estupidez humana apenas si cambian un poco sus modos... sus formas. Apenas... tan solo las perfeccionan, las modernizan... las globalizan..."WAR ISN´T OVER" lloraría el flaco de Liverpool que le cantaba a la paz, si las balas no lo hubiesen atravesado una noche en New York City. Una noche helada y quizás con nieve también; por que no. Una noche blanca. De nieve roja. De lágrimas fosforecentes... como la mas mortal de las nevadas. Ni Pyle ni Pike; hermanos de sangre y tinta, resistirían mas de 2 minutos de aire tratando de mostrar el horror de la guerra diaria en los noticiarios catódicos de hoy. Entre "Culos soñadores on Ice" y el pronóstico meteorológico que sólo anuncia recalentamientos globales; a pesar de la escarcha que nos escorcha. Paradojas y parajodas del sistema. No puede esperarse otra cosa del Infierno. El mismo de hace 50 años. El de la Nevada Mortal en que apareció, así; de la nada, sobre una silla crujiente, Juan Salvo, para abrirle los ojos al horror a German. Así; como los fantasmas. El mismo, mismo de hace 30 años. Un año antes que los mismos indiferentes volvieran a agolparse en derredor del mismo obelisco; pero éso sí... con su Copa Mundial bien en alto. Trocando copos por papelitos. Tapándolo todo... De blanco. De celeste. De verde....Los mismos que con la misma porfía insitían en no ver como convertían en fantasmas a todo aquél que no se rindiera a la ceguera. Como aquél mismo German. Hermano de sangre y tinta de sí mismo... Nos gustaría tanto creer que en el momento del horror final, el mismo Juan; mas Eternauta que nunca, volvió a aparecer; así... de la nada. Rescatándolo para siempre de aquellos Manos asesinas...
Pero ya estamos grandecitos... Y como gustan afirmar entre hirientes sonrísas emponzoñadas de cinísmo los celebradores de cegueras...
"Las historietas son para niños"...
No importa. Nos queda, como aquella silla;
el corazón crujiente...
la memoria caliente...
el ejemplo valiente...
Entre tanta nieve; y tanta muerte.
Y sí. Seremos niños; Maestro!
Embarcados en la mas maravillosa de las aventuras.
Leyéndo tus historias. Aprendiéndo de ellas. Fantaseándo que algún día;
el mundo... ése que llaman real; séa definitivamente diferente...

"Al Maestro Hector German Oesterheld"

Teik a guolk at de gualsai!